Patricio Chaparro, gracias por tu aporte

Nuestro querido hermano Patricio Chaparro ha sido llamado a la Casa del Padre, al Schoenstatt eterno. Sin duda, ha sido recibido por su queridísima Mater y también por nuestro padre fundador a quien tanto quiso y a quien tanto admiró.

¡Qué dolor sentimos, sus hermanos de Curso, al dejar de compartir con una persona como Patricio!

De los 55 años en que tomó la decisión de seguir al P. Kentenich y ser parte activa de su obra en la ciudad de Viña del Mar, 32 de ellos los compartió, junto a su esposa Rosita, con sus hermanos del Cuarto Curso “Familias unidas en María, forjadores del mundo del Padre”, de la Federación Apostólica de Familias.

Somos fieles testigos de su calidad humana; un hombre bueno, un hombre sencillo, aunque contaba con muchos títulos que siempre guardó para sí, sin ostentar de ellos. Patricio fue un excelente abogado, académico, profesor de Derecho en la Universidad Católica, Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos; también ejerció como Académico en universidades de Estados Unidos y Puerto Rico; se desempeñó como abogado del Banco del Estado y Codelco. Escribió varios libros y artículos que fueron publicados en Chile, Argentina, México, Estados Unidos, Canadá, Alemania y Puerto Rico. Un hombre que amaba a su país y la democracia. En sus columnas de Schoenstatt Vivo y Radio Cooperativa, siempre lo guiaba la búsqueda de la verdad, opinar positivamente para el bien de su país.

Era un hombre sabio. En las reuniones de nuestro Curso, siempre hacía el aporte preciso, conciliador, documentado, interesante; era un gran lector, ávido de conocimientos; siempre estaba enterado de todo; aun así, nunca se sintió dueño de la verdad, siempre opinaba con sencillez y humildad.

Patricio se caracterizada por ser un hombre tremendamente recto en todos los actos de su vida, tanto profesional como familiar y en su Comunidad de vida.

Nuestro querido hermano era una persona con gran sensibilidad, amante esposo y padre, preocupado de las personas, especialmente de sus hermanos de Curso; era cariñoso, atento; siempre que respondía un mail, empezaba con la palabras: querido, querida, o gracias; jamás dejó de responder un email.

Patricio era un hombre alegre; le encantaban los chistes; tenía un humor muy especial; gozaba con los chistes gringos o ingenuos; siempre se reía mucho en nuestras reuniones. Le gustaba mucho hacer deportes, jugaba tenis, hacía treiking y también largas distancias en bicicleta, generalmente acompañado de su hijo Patricio José.

Nuestro hermano ha partido; estamos tristes; será difícil superar su ausencia. Nos deja un legado a imitar; la responsabilidad en cumplir lo mejor posible, con nuestras obligaciones; estar disponible para dar un consejo o ayudar desinteresadamente ante una necesidad; luchar por la verdad y la justicia.

Rosita, quien permanecerá con nosotros, será un reflejo vivo de su recuerdo en nuestro Curso; ella contará siempre con nuestro cariño y compañía.

Querido hermano, siempre te llevaremos en nuestros corazones; nunca te olvidaremos.

Tus hermanos de Curso