Los regalos del niño Jesús

La imagen de nuestra Señora sigue intacta y su devoción es cada vez más grande ante un pueblo necesitado de amor y de justicia. Este año nuestra Madre llora junto a tantas madres mexicanas la desaparición de jóvenes que lo único que trataban era expresar su inconformidad ante un gobierno hundido en la corrupción. Festejar a nuestra Lupita en este estado de crisis nacional tal vez parezca poco trascendental, pero el corazón del mexicano fácilmente encuentra refugio y consuelo en una Madre que todo lo ve y lo comprende.

Lunes 5 de enero de 2015 | Lucía Zamora

En estas últimas semanas he querido sentarme a escribir algo para ustedes, sin embargo las tareas no paran y el tiempo no alcanza; en fin... llegaron las misiones familiares a las cuales mi familia y yo asistimos. Allí... en esos días de trabajo y reflexión, me pude dar un tiempo de oración y pensar en todo lo que había ocurrido en los últimos días. Creo que Dios así quería que iniciará este texto, pues tenía que reunir un sin fin de vivencias para poder llegar a comprender la mirada de Jesús como un regalo de Navidad.
Y para poder llegar a una bonita reflexión, me gustaría iniciar con nuestro día Guadalupano, pues siempre me ha parecido algo extraordinario saber que con más de 400 años, la imagen de nuestra Señora sigue intacta, más sin embargo su devoción es cada vez más grande ante un pueblo necesitado de amor y de justicia. Este año especialmente nuestra Tonantzin (Madrecita en Náhuatl) como la llamaban los indios, llora junto a tantas madres mexicanas la desaparición de jóvenes que lo único que trataban era expresar su inconformidad ante un gobierno hundido en la corrupción. Festejar a nuestra Lupita en este estado de crisis nacional tal vez parezca poco trascendental, pero el corazón del mexicano fácilmente encuentra refugio y consuelo en una Madre que todo lo ve y lo comprende; no sé qué pasaría si Ella no estuviera entre nosotros en estos momentos... ¡de verdad! que pasaría si la fe Guadalupana no reinara en México.
Saber que María eligió nuestra tierra y nuestra cultura para manifestar su grandeza nos llena de orgullo, pues quien mejor que Ella para comprender el dolor de una madre, de un pueblo tristemente lastimado por la indiferencia de nuestro gobierno y de nosotros mismos. Volver la mirada al ayate de Juan Diego, nos deja dos cosas: la fe de que María continua entre nosotros y el compromiso que tenemos con Ella, por hacer algo por nuestro hermano, por nuestra patria...¡por el mundo! "Nada sin Ti, nada sin nosotros".
Nuestra Tonantzin, es todo un códice que hablo a indios y españoles sobre la voluntad de Dios, en la imagen, nuestra Lupita se muestra embarazada, como cuando llego a Belén, humilde y llena de amor. Llega con la vida en su vientre, y no con una sola estrella, sino con toda una constelación en su manto, que demuestra la fecha exacta de su aparición...¡qué maravilla!...así nos habla Dios, con signos y símbolos...¡toda una constelación! ahora nos dice que no solo dará a luz un hijo....sino que ¡dará luz a toda la humanidad!...que mejor regalo...saber que Ella siempre está aquí junto a nosotros para ayudarnos a descifrar los signos de nuestros tiempos, y actuar para hacerle el mejor de los regalos en la próxima Navidad.
Ahora me gustaría continuar con algo muy personal, pero creo vale la pena hablar un poco sobre esto, pues tiene que ver con la tarea del buen Pastor y el regalo de Navidad, pues el día de Alianza, el 18 de diciembre, terminó mi labor como jefa de rama de señoras acá en San Luis, y justo esa tarde recibí la llamada de una persona a la que quiero y respeto mucho preguntándome: ¿y tú, cómo estás? recordé lo que alguna vez me dijo un Padre cuando perdemos algo o a alguien... "perder a alguien es como si sacaran del suelo la raíz de una planta, trayéndose con ella una gran cantidad de tierra, y quedándose en el suelo restos de esa raíz" y así es...damos y recibimos sin darnos cuenta, hasta que llega el momento de sacar la raíz, dejando florecer lo que quedo en la tierra y permitiéndose crecer en otro suelo. Así es como un simple cargo de dos años, transforma tanto a una mujer, que en un simple "y tu ¿cómo estás?" descubre el regalo de la Navidad.
Y por último quisiera compartir con ustedes el regalo que reunió todo lo significativo de los dos anteriores, pues mi familia y yo nos fuimos por segunda vez de misiones familiares, fue la familia más numerosa, creo que el entusiasmo de mis hijos contagio a sus amigos y quisieron participar y ver de qué se trataba tanta felicidad. ¡Un delicado y delicioso regalo de Jesús!... ver como disfrutaban cada instante; como con gran orgullo portaban su cruz y la manera en la que veían las situaciones me conmovió mucho; muchachos de 17 y 20 años, que igual pudieran estar en las fiestas, estaban allí, jugándosela por Dios, caminando por la tierra, con el sol y el viento en la cara, pero con la cruz y la sonrisa bien puestas ¡en el mismísimo corazón!
Recordar la manera en la que mi Lupita se le presenta a San Juan Diego, la llamada que llego en el momento justo y la alegría de ver a mis hijos en las misiones, me aclara el porqué el hijo de Dios nace en un pesebre, pues Él manifiesta su grandeza en lo más pequeño; con un simple y tu ¿cómo estás? o disfrutando la sonrisa de muchachos que quieren servir a los demás. ¡Qué mejor Adviento pude vivir!... ¡Llego la Noche buena!... y el decir "Feliz Navidad" ya no era una frase vacía, ahora estaba llena de Dios.

Comentarios
Total comentarios: 1
05/01/2015 - 19:55:10  
Una reflexión que comparto al 100

Veronica Garcia
Mexico
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