La Virgen peregrina entró en mi vida
El año pasado conocí a la Virgen Peregrina de Schoenstatt a través de una compañera de trabajo, Gisela Ciola, que es misionera. Gisela conocía los problemas de salud que en ese momento estaba atravesando mi papá y me ofreció la imagen de la Virgen para llevarla a mi casa y tenerla unos días. Acepté con gran alegría y un poco de temor ¿seré digna de tanta grandeza? Así la Virgen de Schoenstatt entró en mi vida y en la de mis seres queridos.
Viernes 22 de julio de 2016 | Milena Allera"Ella" me dio esperanza
Con mucha oración, le pedí que desatara los nudos que encadenaban a mi familia, que nos bendijera, que reforzara mi fe y que acercara a ella a mis seres queridos que estaban alejados.
Le pedí una ayuda particular para mi papá de 86 años, diabético, grave, con gangrena en una pierna, que se agravaba cada vez más.
Fueron muchas las visitas a reconocidos cirujanos vasculares y todos emitieron el mismo diagnóstico: "es necesario amputar la pierna hasta la ingle". Para él y para toda la familia fue un shock, "amputar para salvarle la vida".
"Ella" me dio esperanza. Con mucha fe seguí recibiéndola seguido en mi casa, sin dejar nunca de rezarle.
Le conté de Ella a mis hermanos, de cuanto sentía su grandeza y de la esperanza que me infundía. Me confié a nuestra Madre plenamente y con gran confianza.
Es verdaderamente un milagro
Con el paso del tiempo y el asombro de los médicos, la pierna de mi papá fue mejorando. La gangrena retrocedía y en vez de amputarle toda la pierna, le amputaron solo el dedo gordo del pie, un milagro.
Obviamente no se niega ni la atención médica ni las intervenciones que entre medio hubo, pero que la gangrena retrocediera era un verdadero milagro. Nuestra familia piensa que la intervención divina ha guiado a los médicos que lo han atendido.
Ahora papá camina sin muletas y está vivo.
¡El cielo se viste de fiesta también cuando una persona se acerca a Dios!
Ha comenzado un recorrido de fe yendo a Misa aun cuando no está bien, él que estaba muy, muy alejado de Dios. Recordé que le había pedido a la Mater que reforzara mi fe y que acercara a Ella y a su Hijo a mis seres queridos que estaban alejados...La Mater ha comenzado por la persona más alejada, mi papá.
En este año Gisela y yo nos contamos muchas cosas y hablamos mucho de las gracias que la gran Madre ha hecho en mi vida y en la de mi familia.
Estoy feliz de haber recibido a la Virgen Peregrina de Schoenstatt que con su grandeza y benevolencia ha reforzado mi fe, y de un modo particular, acercó a mi papá de nuevo a la Iglesia.
¡El cielo se viste de fiesta también cuando una persona se acerca a Dios! ¡Y es una enorme alegría también para todos nosotros!
¡Gracias Mater! Porque cuando entras a mi casa y a la de mis seres queridos siempre es una enorme alegría. Gracias porque sé que concluirás esto que has iniciado.
"Nada sin Tí, nada sin nosotros"
Gracias.
Fuente: Schoenstatt.org