EL PAPA HIPERCRITICADO

Una de esas bromas que circulan por Internet simula un artículo periodístico titulado:NUEVO ESCANDALO DESATADO POR DECLARACIONES DEL PAPA Resulta que el Papa habría comentado casualmente a su vuelta ...

| Pablo Crevillén de Madrid (España) Pablo Crevillén de Madrid (España)
Una de esas bromas que circulan por Internet simula un artículo periodístico titulado:NUEVO ESCANDALO DESATADO POR DECLARACIONES DEL PAPA Resulta que el Papa habría comentado casualmente a su vuelta a Roma: "hoy hace un buen día". Esta afirmación provocó una cascada de airadas reacciones. La Asociación de Víctimas del Cambio Climático considera que esa declaración es un desprecio insultante hacia las víctimas de inundaciones, tsunamis, tornados y sequías y convierten al Vaticano en cómplice de aquellos que contribuyen con sus poderosas industrias al calentamiento del planeta. Los meteorólogos señalan el desprecio por la ciencia que muestra el Papa al tratar de zanjar ex cátedra una cuestión como el buen tiempo imponiendo al resto de la humanidad una opinión meramente subjetiva y se preguntan si pronto no se encenderán las hogueras para todos los que no admitan sin reserva este nuevo dogma. Por su parte, los colectivos feministas se han manifestado con indignación por el lenguaje sexista utilizado que pone de relieve la secular opresión de la mujer por parte de la Iglesia; es llamativo, dicen, que haya utilizado el género masculino ("buen tiempo") en vez de alguna otra expresión inclusiva e igualitaria como "buena temperatura". Los Amigos del Multiculturalismo declararon que el Papa vive en un estado de autismo total; en numerosos puntos del planeta estaba lloviendo y su afirmación no es más que producto de la concepción centralista y autoritaria de la Iglesia. Y así sucesivamente. Este texto no es más que una caricatura, pero como todas las buenas caricaturas, no miente, sólo exagera unos rasgos que existen en la realidad. Desde que se inició su pontificado, este Papa se ha visto criticado por multitud de cosas: desde la famosa conferencia en Ratisbona, en la que citando a un emperador bizantino señalaba el carácter violento del Islam, a la última manifestación en África sobre la ineficacia del preservativo para contener el SIDA. Detrás de esto hay un fenómeno que no es nuevo: desde hace muchos años se pretende sacar a la Iglesia del debate público. En cualquier cuestión, si alguien saca a relucir su fe, se le tacha de fundamentalista, e incluso si utiliza argumentos puramente racionales, también se le rechaza porque su razonamiento está contaminado por prejuicios religiosos. Curiosamente, todas estas actitudes se dan sólo respecto de los cristianos y en especial de los católicos y no respecto de otras confesiones religiosas. Al menos en Europa, el Islam recibe un enorme respeto, pese a que ningún país que profesa esa confesión es democrático y no brillan por el respeto hacia los derechos de la mujer y (esto debería ser importante desde lo políticamente correcto) persiguen a los homosexuales. Es conocido el incidente de las caricaturas de Mahoma en un diario danés y el aluvión de disculpas que hubieron de darse, lo que nunca se ha hecho con las constantes burlas a Jesucristo y otras personas y realidades del mundo cristiano. Pero a pesar de este clima general, creo que en las críticas al Papa hay un elemento más y es su propia personalidad. El anterior Papa también sufrió duros ataques, pero bastaba con que saliera en público y una multitud de personas de todos los países acallara todas las críticas. Juan Pablo II no era una celebrity, pero llenaba con su presencia y sus gestos las pantallas de todo el mundo. Este Papa es distinto; es tímido, no es buen orador y no se maneja bien ante grupos grandes de personas. Es un intelectual que escribe de forma admirable (es el único teólogo alemán que consigo entender) y expone sus ideas argumentando racionalmente, esperando respuestas de esa misma naturaleza. Pero el hombre moderno se mueve a impulsos de imágenes y sentimientos, con lo que es muy fácil a los medios de comunicación reducir su mensaje a meros eslóganes manipulados. La Iglesia, en contra de lo que se dice, es probablemente la organización humana más plural, en ella caben desde el movimiento más tradicional hasta la comunidad de base más rompedora siempre, claro que respeten la fe básica que nos une. Aunque no estoy a favor del apoyo acrítico a todo lo que haga la jerarquía de la Iglesia, creo que el Papa debe ser apoyado en aquellos ataques sin fundamento. Y la Iglesia debería cuidar y mejorar algo tan sensible actualmente como es la comunicación.
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